Cada 24 de octubre, se celebra a nivel mundial el Día Internacional contra el Cambio Climático, una iniciativa lanzada desde las Organización de las Naciones Unidas para seguir generando conciencia y hacer ver la importancia real de los devastadores efectos que se están produciendo en nuestro planeta por acciones negligentes, tanto de forma individual como colectiva.
Los últimos años, y con mayor impacto, los últimos meses, han puesto claramente de manifiesto el delicado equilibrio que existe entre el Planeta, el Ecosistema y el Ser Humano; un trinomio que, durante los meses de confinamiento, ha visto cambiada su relación de jerarquía.
Los humanos, líderes por excelencia e imperativo de este sistema, nos vimos relegados a hacer nuestra vida en nuestros hogares, ha hecho que “ la naturaleza tomase de nuevo lo que es suyo”... ¡Si!, esa frase que todos hemos puesto en boca o escuchado en bocas cercanas, y a los datos nos remitimos: animales que tomaron las calles, la primavera más explosiva y verde que se recuerda de los últimos años, la calidad excelente del aire en capitales mundiales, etcétera. Una larga lista de ejemplos que sirvió a muchos para, desde el pragmatismo, ser conscientes de nuestro impacto en el medio natural.
Sin duda, el fenómeno que más llamó la atención, y que ocupó tiempo y portales, fue la reducción de NO2 troposférico en China durante los meses de estricto confinamiento al que el gigante asiático se vio sometido.
Sin entrar en grandes tecnicismos, el NO2 troposférico deriva fundamentalmente de las actividades industriales y es el causante de la famosa lluvia ácida. Como podemos imaginar, los efectos sobre la agricultura, bosques, aguas, suelos, etc, de estos fenómenos son devastadores. Esta reducción pone de manifiesto la capacidad del hombre para cambiar el equilibrio natural de las cosas.
La tierra te necesita, quiere que seas influencer del clima
Bueno, quizás suene demasiado heroico, pero sí es cierto que, desde hace años, existen grandes iniciativas que se alían con la tecnología, desarrollando herramientas de prevención y de detección temprana para ayudar a combatir el cambio climático:
Mejora en los modelos climáticos
Desde los años 60, numerosos organismos públicos y privados trabajan en el desarrollo de modelos y simulaciones climatológicas. Aunque sigue existiendo un gran porcentaje de incertidumbre sobre cómo evolucionarán la atmósfera, la tierra, los océanos o la criosfera, se están llevando a cabo proyectos que utilizan algoritmos de aprendizaje automático para combinar predicciones de los modelos utilizados por el IPCC ( Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). Esto debe ayudar a los diferentes gobiernos para crear políticas climáticas fundadas sobre datos objetivos y descubrir áreas potenciales de gran impacto en este fenómeno, ayudando a poner en marcha acciones que prevengan las consecuencias previstas en estos modelos.
Efectos de fenómenos extremos
A este lado del charco, por suerte, hemos visto en directo pocas consecuencias tan devastadoras como un tsunami o un huracán tiene sobre el entorno. En los últimos años, en España, ya comenzamos a sufrir cada vez más, las consecuencias de las ciclogénesis explosivas.
Para hacer conocedor al gran público de las consecuencias reales, los investigadores del Instituto de Algoritmos de Aprendizaje de Montreal, Microsoft y ConscientAI Labs, han empleado Redes Generativas Antagónicas (RGA) que simulan el aspecto de las casas tras haber quedado dañadas por el aumento de la intensidad de las tormentas o el aumento del nivel del mar.
Su intención no solo es convencer a la gente de que el cambio climático es real, sino hacer que la gente sea consciente de ello y convierta su respeto en un respeto activo. En esta línea, los planes futuros incluyen el desarrollo de una aplicación para mostrar a los particulares cómo serán sus barrios y sus casas en el futuro, pero tras sufrir las diferentes consecuencias del cambio climático.
Sequía
Existen numerosos proyectos, puestos en marcha en las regiones más castigadas por este cambio. Las iniciativas desarrolladas para paliar las situaciones de sequía y estrés climático que se ceba especialmente con África, se centran fundamentalmente en el solapado de imagen satelitales a través de sistemas autómatas. Además, juntos a los datos recogidos por agricultores locales, se ayuda a prever la evolución de la desertización en la zona, e indican en ratio de posibilidad los lugares más favorables al pastoreo. En concreto, esta propuesta ha sido desarrollada por Acción contra el Hambre en la región de Sahel, una de las regiones del mundo más golpeada por la crisis climática y uno de los epicentros mundiales del hambre.
Las mejoras en las predicciones sobre la demanda eléctrica, el descubrimiento de nuevos materiales, la mejora de la eficiencia energética, la optimización de cadenas de suministro, la agricultura de precisión a escala, el control de la deforestación y de la extinción de especies... Así podríamos pasarnos toda la mañana, destacando cientos de proyectos en los que se está trabajando y que contribuyen en uno u otro ámbito a conocer, paliar y prevenir las consecuencias de este fenómeno.
Por suerte para todos nosotros, no solo la tecnología nos ayuda a dar un paso al frente y plantar cara a este fenómeno, que resulta ser uno de los frenos que mejora el entorno, una llave ha estado siempre en nuestra mano. Al igual que nosotros mismos somos quienes conducimos hacía este abismo, somos también quienes podemos salir de él.
Y no, no son necesarias grandes campañas. Los pequeños gestos son los que darán paso al cambio de paradigma: cambios en los modelos de consumo o fomento de la economía local, que por razones obvias como la crisis del COVID, están tan castigadas.
O cambias, o te cambian (climáticamente)
Cambios en nuestra manera de consumir, dejarse influir por las necesidades y no por las modas, tener criterio en la elección, concienciar a nuestros pequeños atesorándolos con principios firmes, y haciéndoles comprender que la educación es el factor clave para orientarnos hacia un futuro mejor y más halagüeño.
Es necesario escuchar y aprender de quienes llevan décadas estudiando las rarezas, potencialidades y peligros del cambio climático. Debemos tener en cuenta que, necesitamos líderes capaces de comprender la dimensión del clima en las economías, sin olvidar la necesidad de legislar a favor de la preservación y mejora de este.
¿Por qué este 24 de octubre, en conmemoración al día que “celebramos”, no nos dedicamos unos minutos a observar y pensar en lo frágil del equilibrio que lo sustenta, y la gran cantidad de cosas que podemos hacer por él?
Adela Agrafojo López
IMS & Environmental Management